miércoles, 4 de agosto de 2010

Mi mamá me mima, mi mamá me ama

Mi madre es la mujer más íntegra del mundo. Nunca he conocido a nadie con los valores que tiene mi madre. Mi madre nunca nos amedrenta, siempre nos apoya, nos entiende, nos ayuda,… Ha sido una buena hija, una buena hermana, una super esposa. Es una buena madre, una buena abuela (de los de sangre y de los de corazón), una buena amiga, la mejor de las trabajadoras,… Mi madre es maravillosa.

Cuantas veces nos hemos peleado con nuestros padres? En mi caso, siempre me peleaba con mi madre, porque para mi padre todo lo que yo hiciera estaba bien (jejeje, así era él), y quizás siempre por el mismo motivo… porque es “mu pesá!” Mamá te quiero, pero eres “mu pesá”. Siempre encima de mi: No te vayas a venir sola, llámame cuando llegues, y con quienes vas?, no sueltes la copa en la discoteca (con lo cara que está la droga como para que me echen algo de gratis!!!), recoge la ropa de tu cuarto, repásale al migue lo que tiene que estudiar, dale al suelo de la cocina cuando termines de fregar,…. Mamá, que Sí… todo lo sé… y Sí, Mamá, Sí.

Pero a pesar de todo, a día de hoy comprendo que todo lo que hace mi madre es por mi bien. Mi madre me ha hecho ser como soy, y me dice en lo que me equivoco y en lo que no, me da su opinión siempre sin imponer. Me ha enseñado los valores de la vida más importantes y me ha hecho ser lo que soy. Cada día me arrepiento de las malas contestaciones, los nervios incontrolados, las caras largas,…. Para mi madre todo esto es porque tengo un mal día, o porque estoy muy nerviosa por el trabajo, o porque tengo un examen o porque estoy triste,…. Pero nunca es porque su hija sea así de estúpida y egoísta. Para una madre los hijos son perfectos, y para la mía sus hijos son el todo.

Mamá, tu has sido el bastón de papá. No te ha importado dejar tu día a día, tu vida, por él. No te ha importado no dormir, no comer, no salir. Ni tan siquiera te has quejado una vez. No te ha importado compartir tu vida con un hermano. No te ha importado ser madre otra vez a los cincuenta y muchos años. No te importa abrir las puertas de tu casa a los que se lo merecen con creces, y a los que no tanto. Siempre estás ahí.

Gracias por los “golpes” que a cada uno de nosotros nos has quitado, y nos sigues quitando. Tú siempre has sido la que has tirado del carro, y gracias a ti hemos vivido siempre por encima de la felicidad. Para muchos siempre es lo que tú digas y como tú digas, pero eso es porque no ven por sus propios ojos. Para mi lo que digas siempre estará bien.

Madre no hay más que una… y tu eres la mía!. Te quiero millones!

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